“La agonía del Eros” (2012) es uno de los ensayos filosóficos más incisivos del pensador surcoreano-alemán Byung-Chul Han, donde explora cómo la sociedad contemporánea, dominada por el narcisismo y la hiperconectividad, ha destruido la capacidad humana de amar verdaderamente.
El autor sostiene que en la era del rendimiento y del consumo digital, el Eros —la fuerza que nos abre al otro y al mundo— está muriendo. En su lugar surge una forma de deseo egocéntrico y solitario que busca solo satisfacción inmediata y reconocimiento, sin alteridad, sin encuentro real.
1. El Eros como apertura al otro
Para Byung-Chul Han, el Eros no se reduce al deseo sexual, sino que representa la energía que impulsa al ser humano a salir de sí mismo, a trascender su propio ego para encontrarse con el otro.
Inspirándose en Platón, Han recuerda que el Eros tiene una función filosófica y espiritual: es la fuerza del amor que nos eleva hacia lo bello y lo verdadero, permitiendo que el yo reconozca su falta y su necesidad de algo distinto.
“El Eros es un movimiento hacia el otro; es lo que rompe la clausura del yo.” — Byung-Chul Han
Sin embargo, en la sociedad actual, esa apertura ha sido reemplazada por un circuito cerrado de autoafirmación: el yo ya no busca al otro, solo se refleja en sí mismo.
2. La desaparición del otro en la sociedad del rendimiento
En continuidad con su obra La sociedad del cansancio, Han describe una época donde el individuo se ha vuelto autoexplotador y narcisista.
Ya no existe un enemigo exterior ni un límite que desafíe al yo; vivimos en un mundo de positividad donde todo debe ser visible, transparente y placentero. Pero esa transparencia elimina la distancia necesaria para el amor.
Consecuencia:
El otro, con su misterio y su alteridad, desaparece. Y con él, desaparece también la posibilidad de amar.
Gráfico conceptual:
Eros auténtico → Encuentro con el otro → Transformación del yo
Eros digital (actual) → Reflejo del yo → Repetición de lo mismo
3. Narcisismo y pérdida del deseo
Han retoma ideas del psicoanálisis de Freud y Lacan para explicar que el deseo solo existe en la falta. Cuando todo es posible y disponible —como ocurre en la era digital—, el deseo se agota.
El sujeto actual no ama, consume. Busca experiencias, cuerpos e imágenes para reafirmar su identidad, pero sin relación profunda.
De esta forma, el amor se sustituye por la pornografía emocional, donde todo está expuesto, visible y carente de misterio.
“La pornografía mata el Eros, porque elimina el secreto y la distancia que lo hacen posible.”
4. El amor como acto de riesgo
Para Han, amar implica aceptar la vulnerabilidad y la exposición ante el otro. El Eros verdadero no se da entre iguales, sino entre diferentes.
En cambio, la sociedad actual evita la diferencia, busca la comodidad y la autocomplacencia. Por eso, ya no hay espacio para el amor, sino para la conexión superficial.
El filósofo critica la ilusión de intimidad promovida por las redes sociales, donde el “me gusta” reemplaza el encuentro real, y el amor se convierte en una transacción emocional inmediata.
Resumen:
| Amor erosional | Amor digital |
|---|---|
| Basado en la alteridad y el misterio | Basado en la exposición y la inmediatez |
| Supone riesgo y entrega | Supone control y ego |
| Produce encuentro y transformación | Produce aislamiento y vacío |
5. El eros como resistencia frente al capitalismo emocional
Han propone que recuperar el Eros es un acto de resistencia contra el sistema neoliberal, que ha mercantilizado todas las relaciones humanas.
El capitalismo convierte incluso el amor en un producto: se mide, se cuantifica y se vende a través de algoritmos y aplicaciones de citas. En este contexto, el amor pierde su gratuidad y se convierte en capital emocional.
“El amor no se puede producir ni consumir. Solo puede donarse.”
6. Erotismo, arte y trascendencia
Han recurre a la obra de Georges Bataille y a la figura de la Virgen María en el arte religioso para contraponer dos formas de Eros:
- El Eros sagrado, que se abre al misterio y al sacrificio.
- El Eros profano, reducido al placer inmediato y sin profundidad.
La cultura contemporánea, dice Han, ha perdido la capacidad de contemplar. Todo debe ser rápido, visible y placentero. En cambio, el Eros necesita lentitud, silencio y tiempo, porque el amor no se revela bajo la luz total de la exposición.
7. La agonía del Eros: una muerte simbólica
El título del libro alude a la muerte lenta del amor y del deseo verdadero en la era digital.
No es una desaparición física, sino una agonía, una extinción progresiva causada por la saturación de estímulos y la pérdida del sentido del otro.
El ser humano contemporáneo, según Han, ya no ama: se autopromociona. Vive en la lógica del rendimiento y la visibilidad, donde amar sin recompensa parece un acto inútil.
“Donde todo se expone, nada tiene profundidad. Donde todo se muestra, el Eros muere.”
8. Recuperar el Eros: el retorno a la alteridad
Han propone una salida: volver a mirar al otro. Recuperar el silencio, la atención, el cuidado y la diferencia.
Solo cuando dejamos de consumir al otro y aprendemos a esperarlo, el Eros puede renacer. Amar no es poseer, sino dejar que el otro sea.
La agonía del Eros es una reflexión sobre cómo el capitalismo emocional y la cultura digital han vaciado el amor de su sentido original. Han denuncia una sociedad que confunde libertad con exposición, deseo con consumo y amor con narcisismo.
Frente a ello, propone una ética del amor verdadero: lenta, vulnerable y abierta al otro.
Solo en la recuperación del Eros —como fuerza de trascendencia y comunión— puede el ser humano reconciliarse con su propia humanidad.
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Referencias
Han, B.-C. (2012). La agonía del Eros (trad. A. Brotons Muñoz). Herder Editorial.
Han, B.-C. (2010). La sociedad del cansancio. Herder Editorial.
Bataille, G. (1957). El erotismo. Gallimard.
Lacan, J. (1975). Seminario 20: Aún. Paidós.
Platón. (s. IV a.C.). El Banquete. Biblioteca Clásica Gredos.

Entusiasta del conocimiento, 20 años siendo un devorador de libros de toda índole, desde filosofía hasta finanzas.